La ortiga se deslizaba para darle muerte a un insecto que la iba a atacar. Aunque el insecto se movía en cámara rápida, ella se movía en cámara lenta y así picar al lenguaje.
MORALEJA:
Lentamente me piqué escribiendo fábulas.
EL ZORRILLO Y EL CUERVO
Era un cuervo que tenía un queso en el pico. Se le acercó un zorrillo y alabó su canto para que el plumífero soltase el queso. Llegó un zorro y mordió al zorrillo el cual le lanzó sus miasmas odoríferos. El cuervo se comió el queso.
MORALEJA:
No molestes a tus primos.
LA LEY DE LAS FABULAS
Había una fila india de hormigas que se desparramó por culpa de un cachorro de gato curioso, y en su correr de aquí para alla llegaron sin querer a la comida del minino. Ahora él agita las patas para quitarse a las minúsculas atacantes.
MORALEJA:
Todas las fábulas son iguales: El que se apendeja se chinga. Ley de la selva.
LA ORNITORRINCA QUE LE GUSTABA EL HARD BUSINESS
Un pato se enamoró del pico de una ornitorrinca; una nutria se enamoró de sus patas; un topo le envió flores y hasta un perro que pasaba por ahí le echó ojitos… orgullosa la ornitorrinca les dijo a todos: “Les propongo una película pornográfica”.
MORALEJA:
(Que en éste paréntesis el lector escriba su moraleja... de acuerdo a sus gustos).
VOCACIÓN
El camello tenía sed pues se le había acabado el agua de la joroba y también la paciencia; pues su jinete lo espoleaba como si se creyese un cowboy en lugar de un tranquilo berebere.
MORALEJA:
No te dediques al periodismo.
INVERSIONES
Un pavo real se miró las patas y murió al instante.
Un par de ardillas gay´s fueron testigos, y una le dijo a la otra: “Eso le pasa a esa presumida por no ir al pedicurista”.
MORALEJA:
Consulta a tu cirujano plástico.
LOS HINDUS Y LAS RATAS
Unos hindis compartían su comida con cientos de ratas en el templo sagrado del desgraciado animal. Entonces una de las ratas mordió a uno de los hombres; obvia decir que este le pidió perdón a la rata.
MORALEJA
Deja que tus amigos te muerdan porque pueden ser reencarnaciones de ratas sagradas.
LAS HORMIGAS Y LAS COCHINILLAS
Un grupo de cochinillas eran ordeñadas por las hormigas (que de intercambio las protegen).
Una de ellas le dijo a una de sus amigas:
--- Voy a renunciar, ya no les daré mas de mamar a los soldados.
--- Si renuncias te pueden comer las arañas –le dijo asustada su compañera cochinilla.
--- Simplemente quiero ser libre.
(No importaba que las hormigas estuviesen escuchando ya que hablan en otro idioma que las cochinillas).
--- Pues anda, vete.
La cochinilla se salió de la pequeña cueva y un gato que pasaba por ahí le tiró un zarpazo, la cochinilla por reacción se hizo bolita, llegaron otros gatos y comenzó el partido de fútbol.
MORALEJA
Paga tus impuestos a tiempo.
EL VIENTO SIN BOCA
El viento soplaba sin boca. Una pantera acechaba a un venado. Las nubes caminaron y la luna reapareció, el venado vio el negro-plateado de la pantera y así pudo escapar.
MORALEJA
No olvides lo que olvidaste.
LA PERSECUCION Y EL LUGAR
Elmer Gruñón Ramírez era un chaparro muy enojón. Vivía en un fraccionamiento de la ciudad de México que era cuadrado al cuadrado; todo el día peleaba con sus vecinos.
Desesperado, por su mal humor, fue a visitar al médico. Las tomografías pusieron al descubierto que Elmer tenía el cerebro fraccionado (en exactos cubos de dos por dos), y que desgraciadamente en uno de ellos vivía Bugs Bunny.
MORALEJA:
No intentes comerte a tu conejo.
LA LUZ Y LA SELVA
La selva le preguntó a la luz: “¿Eres luz o clorofila?”
“Soy luz, ya que no me gusta tener nombre de detergente” –respondió resplandeciente.
MORALEJA:
No uses palabras científicas en medio de la selva.
EL GATO Y EL MOCO
Un niño tenía un moco muy líquido que subía y bajaba. Un gato brincó para atraparlo y sin querer le sacó un ojo al niño.
MORALEJA:
La curiosidad sacó el ojo.
LA CHICHARRA Y EL CHORRO
La chicharra hacía tanto ruido que fue desplomada por un chorro de agua proveniente de la manguera de un ser humano.
MORALEJA:
No chorrees en las fábulas gritando de más.
LA ABEJA Y LA OVEJA
Un analfabeto gritó cuando confundió a una abeja con una oveja.
MORALEJA:
Aprende a leer antes de escribir.
EL GUEPARDO Y EL AGUILA
Retadora le gritó el águila al guepardo:
--- ¡Haber si me alcanzas!
--- Haber si tu me alcanzas a mi –le respondió el guepardo sin moverse.
Nadie se persiguió.
MORALEJA
La pereza es mas rápida que la luz.
LA BALA DE CAÑON Y LA BOLA DE ALGODÓN
Un hombre forrado de algodón fue alcanzado por una bala de cañón. Cayó al suelo mirando al cielo, se llevó la mano al pecho y le dijo a su protector: “Caímos en blandito”.
MORALEJA
Vive entre algodones… de nubes.
EL COYOTE Y EL CORRECAMINOS
Se hallaba un coyote en el Gran Cañón tranquilamente viendo las caricaturas cuando un “¡Bip! ¡Bip!” lo hizo brincar de su sillón.
El correcaminos se sentó en el sillón.
MORALEJA
Si tienes tele, ahí te ves.
LA ZANAHORIA Y EL BURRO
Se hallaba un burro con su respectiva zanahoria al frente sostenida por un hilo y un palo cuando la alargada y naranja verdura le ordenó:
--- ¡Ven!
--- ¡No!
--- ¿Por qué?
--- Nunca te alcanzaré –respondió el burro.
--- ¿Cómo lo sabes?
--- Ya me psicoanalicé
MORALEJA
Gracias a Freud.
EL PERRO Y EL COCHINO
Se hallaba un cerdo viendo a un perro que se revolcaba en el lodo y le dijo:
--- Te pareces a mi tío.
MORALEJA
Quizá hasta tu vecino es tu pariente.
EL MOSQUITO Y EL ÁGUILA
Se hallaba un mosquito posado sobre un águila tatuada en el hombro de un obrero que dormía y le dijo al impresionante animal (me refiero al águila).
--- Yo seré un mosquito, pero tu ya valiste madres.
Se fue volando burlándose de la pobre águila. A las tres horas tuvo dolor de estómago y murió vomitando por intoxicación de tinta.
MORALEJA
Tatúate águilas.
EL GATO MONTES Y EL PERICO
Se hallaba un gato montés montado en el monte, cuando escuchó a un perico que gritaba con su clásico acento chillón: “¡Fabuloso!”
El gato montado en cólera le preguntó:
--- ¿Se puede saber que carazos haces tu en medio de la selva?
--- Escribo fábulas –le respondió el bípedo y plumífero animal.
--- O te largas o te devoro –pregonó el gato.
MORALEJA
No escribamos fábulas.
LA COSA Y EL ANIMAL
Una cosa cualquiera, le preguntó al primer animal que pasó frente a ella:
--- ¿También las cosas podemos entrar en las fábulas?
--- No hay problema, ya que “cualquiera” puede hacer que hablen las cosas.
MORALEJA
Cuando te sientas solo: Habla con el escusado.
EL ESCRITOR Y EL EDITOR
Se hallaba un escritor sentado en su incómoda silla, cuando le preguntó a su editor:
--- ¿Qué hacemos en medio de cosas calladas?
--- ¿?
--- Aparte no veo a ningún animal por aquí.
--- Creo que usted –dijo el editor- y yo somos un par de “animales” al dedicarnos a lo que nos dedicamos.
MORALEJA
No te dediques ni a escritor ni a editor.
EL NIÑO Y LOS FOSFOROS
Se hallaba un niño de diez años de edad, con una caja de fósforos (en el patio de su casa) y a escondidas de su madre iba encendiendo cerillos de a uno por uno y lanzándolos al suelo. De grande se dedicó a escribir muchas fábulas.
MORALEJA
Hay fábulas que pueden quemarnos.
EL FUTURO Y EL PASADO
--- ¿Qué hacemos tu y yo en una fábula si somos conceptos abstractos?
--- Tienes razón, dice la enciclopedia que sólo “animales y cosas” pueden aparecer aquí.
MORALEJA
Lee el libro: “Lecciones Preliminares de Filosofía” de Manuel García Morente (Edit: Porrúa).
EL FILO PLATELMINTOS Y EL FILO NEMERTINOS
El filo nemertinos se burlaba de el filo platelmintos –se carcajeaba en sus narices- mientras le decía:
--- Yo si tengo ano, y tu no.
MORALEJA
Cuando te corten (en la madrugada) la conexión a Internet entra a la enciclopedia Encarta, pues hay bichos muy raros… incluso mas raros que los que te encuentras en los salones de chat.
EL ESCRITOR Y LA INTERNET
Se hallaba un escritor paralizado cuando le dijo a la Internet:
--- Me dejaste solo.
La Internet no le respondió. No tenía señal.
MORALEJA
¡Ay mamacita! ¡¿Y ahora?! ¡¿Qué hago?!
MORALEJA OPCIONAL
Ten películas porno a la mano.
EL PENE Y LA VAGINA
--- ¡Ahí te voy! –le dijo el pene a la vagina.
--- ¡Llégale! –respondió ella.
MORALEJA
Cuando escribas fábulas, ponle pausa a tu aparato de DVD.
EL KLEENEX Y LA NOSTALGIA
Se encontraba un kleenex solito (embarrado de semen) en el basurero, cuando la nostalgia le dijo:
--- ¡Tienes razón! ¡Estaba re buena aquella chava!
MORALEJA
Ahorra dinero para gastártelo en putas.
LA BOA Y EL CONEJO
Le dijo un conejo rosa a una vieja boa:
--- ¿Para qué aparecer en una fábula contigo si siempre acabo devorado?
--- Tienes razón –le respondió la inmensa boa devorándolo.
A los tres días la gran serpiente se sintió más joven que sus amigas.
MORALEJA
“ENERGIZER” son pilas que duran y duran y duran….
EL GUACAMOLE Y EL ERROR
Un kilo de tortillas.
Un cuarto de kilo de jitomates.
50 gramos de sal.
Un cuarto de kilo de cebollas.
Un kilo de aguacate.
200 gramos de chiles jalapeños.
(No olvidar el cilantro).
MORALEJA
Cuando te confundas de cuaderno (de donde saques tus fábulas ya escritas), simplemente deja que las cosas caigan por su propio peso.
LA NALGA Y LA OTRA NALGA
Se hallaban dos nalgas conversando cuando la de la derecha le dijo a la de la izquierda:
--- Es increíble que seamos hermanas siamesas y nunca nos hallamos enterado si pertenecemos a un hombre o a una mujer.
MORALEJA
Cuando veas unas nalgas metete entre ellas sin que te importe nada.
LA ROSA Y EL JILGUERO
El jilguero cantaba cuando la rosa le preguntó:
--- ¿Por qué eres tan cursi?
--- ¡Mírate en un espejo! –le respondió él (mas cabreado que un león); por el enojo cayó de un infarto sobre a pobre rosa despetaleándola.
MORALEJA
No es necesario que envíes tarjetas el día de la amor y la amistad.
EL WEVO Y EL OTRO WEVO
--- ¿Por qué pesamos tanto, querido hermano wevo?
--- Simple, porque gracias a eso, nuestro dueño no sale de casa a hacer pendejadas.
MORALEJA
Felicita a tus amigos perezosos de mi parte.
EL BILLETE Y EL CHANGO
Un gitano traía un billete de cincuenta euros en la bolsa, cuando un pasó un mono andaluz y se lo quitó. El gitano persiguió al animal hasta África, y cuando lo atrapó, el animal ya se había comido… y hasta cagado su billete.
MORALEJA
Deja de perseguir mierda.
EL PUERCOESPIN Y LA MEDUSA
Se hallaba un simpático puercoespín comiendo unas ramitas cuando cayó al río y de ahí fue arrastrado hasta el mar en donde fue tragado por una medusa.
La medusa se convirtió en una blanca bola de espinas.
MORALEJA
Las medusas no comen puerco espines, pero si así fuese, no me parece mal, que en su honor, sus compañeras la hubiesen convertido en “la reina petrificada”. Piensa bien antes por quién vas a votar.
LA JIRAFA Y EL HALCON
Volaba tranquilo el halcón, cuando se le despertó la absurda idea, de atacar el cuello de una jirafa. Ésta lo alcanzó a esquivar y el halcón se estrelló contra unas ramas pediendo el estilo.
MORALEJA
No escribas fábulas cuando estés en paz.
MORALEJA 2
No te andes por las ramas.
EL HIPOPOTAMO Y LAS RANAS
Un hipopótamo se creía un sapo. Acudió al psiquiatra el cual le recomendó que fuese feliz sintiéndose lo que se quisiese sentir. El hipopótamo salió contento y se lanzó sobre una charca matando a más de 15 sapos.
MORALEJA
Siéntete bien... las cosas como son.
EL RODACACAS Y EL TOPO
Se hallaba un pujante escarabajo rodando su bola de estiércol cuando ésta cayó en el agujero de un topo.
El topo no vio lo que pasaba pero lo olió.
MORALEJA
Jálale a la cadena.
LA ABUBILLA, LAS GARRAPATAS Y LOS CABALLOS
Una abubilla en lugar de cazar insectos se dedicó a tragar garrapatas. Los caballos le agradecieron su gusto, ya que el pájaro les restaba dolor a sus vidas.
MORALEJA
Cambia de gustos antes del amanecer.
EL CANGURO Y EL ARMIÑO
Se encontraba una canguro dormida, cuando un carnívoro armiño fue a meterse en su bolsa para así poder devorar a la pobre “mujer”.
MORALEJA
No duermas con tu esposa.
EL PULPO Y EL TIBURON
--- ¡Hijo de toda tu puta madre! –le gritó el tiburón al pulpo, y añadió: -¡So cabrón! ¡Ya me enteré de que manoseaste a mi novia!
El pulpo se alejó soltando tinta.
MORALEJA
Las groserías en la literatura son manchas de tinta útiles al escritor.
EL CIGARRO Y DIOS
Un triste cigarro lloraba peor que una cigarra, mientras que le reclamaba a Dios:
--- ¿Por qué carezco de “capacidades” como mi hermana la marihuana?
De pronto, los cielos se abrieron, y una omnipotente voz le dijo:
--- Tranquilo hijo mío; en este momento no te puedo responder porque en éste momento me estoy dando un joint.
MORALEJA
No envidies a tus contemporáneos… solo Dios los entiende.
LA ZORRA Y EL ESCRITOR INOCENTE
--- ¿Por qué las zorras somos tan recurridas (en las fábulas) como malas y astutas?
--- Por culpa de un plumífero negro que cantaba horrendo –le respondió el inocente pobre amigo.
MORALEJA
Cría cuervos que te sacarán los ojos.
EL RUBI Y MI CORAZON
Mi corazón le dijo al rubí:
--- Quisiera ser duro como tu.
Y el rubí respondió:
--- Tú no eres nada, ni nadie; ni sirves y aparte eres mortal.
MORALEJA
No escribas después de que un Mercedes Benz rojo haya atropellado a tu gato favorito.
EL ELEFANTE Y LA HORMIGA
Se hallaba una simpática hormiga sonriendo debajo de una de las grandes patas del elefante cuando éste le dijo:
--- Sabía que morirías con una sonrisa en la boca.
MORALEJA
¡Sonríe!
EL OCELOTE Y LA MANTIS
--- ¿Quién es mas hermosa que yo? –le preguntó la mantis al ocelote.
--- La coneja que voy a cazar en este momento.
MORALEJA 1
La belleza no alimenta.
MORALEJA 2
Dedícate al TOPLESS.
LA MARGARITA Y EL HOMBRE SECUESTRADO
Se hallaba un hombre en una sucia recámara, sentado en una silla de madera, cuando entre la porquería vio una margarita casi deshecha; en su desesperación (Triste porque sus parientes no pagaban su rescate) tomó la flor y cansado se puso a arrancar pétalo a pétalo mientras que le preguntaba:
--- ¿Me quieren? ¿No me quieren? ¿Me quieren? ¿No me quieren? ¿Me quieren? ¿No me quieren?
De pronto dos de sus captores entraron, lo sometieron, le tomaron una mano y con unos alicates le comenzaron a cortar uno a uno los dedos de la mano derecha mientras le decían:
--- No te quieren. No te quieren. No te quieren. No te quieren
MORALEJA
Confía más en tus captores que en tu propia madre.
EL PONTIAC Y EL MUSTANG
Se hallaba un mustang burlándose de un pontiac por su falta de caballaje cuando en una curva (no anunciada) se volcó matando a todos sus ocupantes. El pontiac le alcanzó a gritar al potro de hierro:
--- ¿Qué no sabías que yo soy un águila?
MORALEJA
Aprende a volar.
LA LUNA Y EL BORRACHO
Un borracho meaba contemplando amablemente la luz de la luna, cuando esta le dijo:
--- ¿No ves que te estoy viendo?
--- ¿Cuánto quieres para no acusarme con la policía?
--- Un poco de vida –respondió la inmensa piedra blanca.
El borracho apuntó hacia la luna, y sin darse cuenta, se estaba orinando sobre una patrulla.
MORALEJA:
No te enamores del reflejo del sol.
LA MOSCA Y LA LLUVIA
Se hallaba una simpática mosca volando -con caca en las patas- cuando comenzó un torrencial aguacero rompiéndole las alas y la felicidad. La lluvia le dijo:
--- Tan solo caí desde las nubes para lavarte las patas.
--- ¡Me diste en la madre! –respondió la mosca aturdida.
MORALEJA
Límpiate después de leer éste libro.
LOS ANDRAJOS Y EL MAMON
Se hallaba un día un joven aspirante a escritor (que nunca había plasmado una sola línea). Pero como era tan pesado les decía prosopopeyicamente a sus amigos:
--- Si algún día escribo una novela la voy a titular: “LOS ANDRAJOS”. Pasaron los años y acabó de borracho durmiendo en la calle vestido con andrajos; los cuales le preguntaron:
--- ¿Te gusta la novela de tu vida?
MORALEJA
Bájale de wevos.
LA LAGARTIJA, EL ELEFANTE Y EL RINOCERONTE
Cuando era niño me preguntó otro niño:
--- ¿Cuáles son los animales más elásticos?
--- No se.
--- La ligartija, el ulefante y el resorteronte –me dijo sonriendo.
Ahora que me encuentro entre animales me siento más cómodo.
MORALEJA
Escribe sobre una cama elástica.
EL MÓVIL Y EL CHANGO
Se hallaba un hermoso chango en medio de su recámara (y en medio de la selva) cuando le dijo a su teléfono celular:
--- Bueno.
Y el móvil no le respondió nada.
--- ¿Hola?
El móvil siguió callado.
--- ¡¿Hola?!
El móvil ni se inmutó.
MORALEJA
Presiona la tecla verde de abajo a la izquierda.
LOS LECTORES Y YO
Se hallaban mil de mis lectores (¿serán tan solo tres?) viendo en la televisión un partido de fútbol, mientras éste libro dormía en su librero de caoba (¿será de caoba?) cuando de pronto me sentí en la banca.
MORALEJA
Vete haciendo a la idea de que el libro que publiques será tu ataúd.
EL ZIPPO Y EL BOLIGRAFO CON EL QUE ESCRIBO ESTO
Me hallaba “fabuleando”, cuando la tinta de éste maldito bolígrafo comenzó a fallar; el perverso animal (que algunos le llaman “pluma”) me dijo:
--- Ve por mi hermano.
Mi zippo actuó por mi quemando la punta del bolígrafo.
MORALEJA
Cuida como se mueven tus manos. Solo Dios tiene el derecho de quemarnos en el infierno.
EL DEDO Y LA LLAGA
--- ¡Deja de chingar! –le ordenó la llaga al dedo.
--- ¡Ni madres! –y el dedo siguió chingando.
MORALEJA
Cuida por donde te andas metiendo el dedo.
EL BOLIGRAFO QUE ESCRIBE FLUIDO Y MI NALGA IZQUIERDA
Le dijo mi paralizada nalga izquierda a mi bolígrafo:
--- ¡Ya párale cabrón! ¡Ya estoy cansada!
Y mi bolígrafo le respondió:
--- Ahora te aguantas pendeja; estás castigada por no corregir tres novelotas que tienes guardadas en el baúl.
--- ¡Chinga tu madre! –le gritó mi nalga.
MORALEJA
Cuando sean las dos de la mañana vete al TOPLESS ya que cierran hasta las cuatro.
EL AVESTRUZ Y EL ZORRO
Se hallaba un imbecil avestruz macho con la cabeza metida en un agujero cuando llegó un zorro y le picó el culo.
El avestruz se dijo a si mismo:
“Me gusta que me vean el culo y que me lo piquen”.
MORALEJA
Samuráis vemos; geishas no sabemos.
LA CIGÜEÑA Y EL ALCE
Una cigüeña volaba y cargaba al hijo del Rey de Francia (en el siglo XXVII) cuando al descender un alce le dio tremenda cornada al bebé.
MORALEJA
A los niños no los trae la cigüeña.
MORALEJA GINECO OBSTETRICA
Aprende a usar los fórceps.
LA VIDA Y LA MUERTE
Le dijo la muerte a la vida:
--- ¡Muérete!
Y la vida le respondió:
--- ¡Vive!
MORALEJA
Si te dan las tres y media de la madrugada ya no te va a dar tiempo de ir al TOPLESS.
LAS TETAS Y LAS PANOCHAS
Las tetas de las mujeres que vi hace rato le dijeron a las panochas que vi hace rato:
--- Valió la pena ir.
MORALEJA
Ya vete a dormir.
EL ESPEJO Y LAS OJERAS DEL ORANGUTAN
Era de mañana cuando un simpático espejo le preguntó a las ojeras del orangután:
--- ¿Te la jalaste mucho anoche?
--- Si. –Respondieron las oscuras “mujeres” debajo de unos ojos inexpresivos.
--- ¿Y eyaculaste?
MORALEJA
Vuélvete a dormir.
EL LORO, LA ZORRA Y EL CUERVO
Se hallaba un loro con un queso en la boca, cuando un cuervo le dijo:
--- Me encanta tu oratoria.
“¿Mmmmh?” –pensó el cuervo.
--- ¡Di algo!
--- ¡Cuervito bonito! –gritó el loro soltando el queso. Una zorra que pasaba por ahí se lo comió.
MORALEJA
No te lances de espontáneo en una lectura literaria.
LA UÑA Y LA MUGRE
Le dijo la uña a la mugre:
--- ¡Que bien nos llevamos tu y yo!
MORALEJA
No te laves las manos cuando escribas.
LA PATA Y EL PUTO
Se hallaba una pata diciéndole a un puto:
--- Cuac, cuac, cuac.
Y el puto le respondió:
Necesitas aprender otro idioma, por ejemplo, en francés, eso que acabas de decir se dice:
--- Cuá, le cuá, le recuá cuá.
--- ¿Cua cua?
MORALEJA
No hables con patas si naciste en Francia.
LOS TOMATES Y EL CANASTO
Unos tomates se besaban todos con todos -apretujados en una canasta de mimbre pálido- hasta que la canasta les dijo:
--- ¡Ya párenle putos!
MORALEJA
Tómate un jugo de tomate.
EL TIGRE Y EL CIEMPIES
--- Tengo mas patas que tu rayas –le dijo el ciempiés al tigre.
El tigre aplastó al ciempiés con una de sus patas.
MORALEJA
No rayes los cuadernos de otros.
LA VENGANZA, EL PUERCO Y EL RACIOCINIO
--- Un amable puerco le había hecho un favor al raciocinio bañándose a diario. Se miraba en el lodo y el lodo le decía:
--- ¡Véngate de los que leen fábulas! Que vean que eres pulcro. Que no todos los cerdos son cochinos.
MORALEJA
El raciocinio es lodo puro.
EL FUEGO Y EL POLLO
Se hallaba un pollo (que en vida fue “simpático”) atravesado por un hierro ardiente dando vueltas, adentro de un asador, cuando el fuego le dijo:
--- Así me gusta lamerte.
El cadáver crujió.
MORALEJA
Los periodistas no escriben, crujen.
LA PARCA Y LA PUERCA
La puerca le dijo a la parca:
--- ¡Muérete!
La parca le hizo caso.
Y todos los cerdos del mundo nos volvimos inmortales.
MORALEJA
No te hagas ilusiones.
EL PAVO REAL Y LA GALLINA
Un antipático pavo real le mostraba sus plumas (llenas de ojos azul verdes) a una simpática gallina, cuando ésta -humilde y blanca plumífera- le dijo:
--- Serás Premio Nóbel, pero no pones huevos.
--- ¡Claro que pongo huevos!
--- Nadie los come ya, se volvieron obsoletos.
MORALEJA
Rechaza el Premio Nóbel cuando te lo den.
EL ATUN Y LA TUNA
Se hallaba una espinosa tuna (hija de un nopal, y con su cáscara verde y gruesa) sentada en una colorida mesa mexicana cuando escuchó que el atún le decía –desde el interior de una lata-:
--- “Tuna” en español quiere decir “atún”.
--- ¿Qué?
--- Que en ingles “atún” se dice “tuna”… somos la misma cosa.
MORALEJA
No consumas alimentos enlatados con espinas chicanas… te puede dar diarrea lingual.
EL PERRO Y LAS MOSCAS
Se hallaba echado un perro limpio, pero rodeado de moscas verdes. Éstas no paraban de gritarle:
--- No somos moscas, somos buitres.
MORALEJA:
No te bañes.
EL OSO Y EL FANTASMA DE WILLIAM FAULKNER
Se hallaba el alcoholizado fantasma del Nóbel Faulkner, escribiendo sin escribir, cuando llegó un simpático oso y le preguntó:
--- ¿Por qué te apodan “el oso”?
--- Porque escribí un libro con ese título.
--- Pero si estas tan flaco como ese libro.
MORALEJA
No le creas a ningún crítico pues usan lentes de aumento, para leer novelas que no entienden.
LA FOCA Y EL TORO
¿Se puede saber que hace una foca en el ruedo, y un toro bajo el agua?
MORALEJA
“Antes de aprender a escribir, hay que aprender a pensar” (Boileau).